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Fuentes no cristianas. |
Hablar de Jesucristo es hablar de la esencia misma del
Cristianismo. El Cristianismo implica principios filosóficos, pero no es filosofía;
contiene principios éticos, pero no es una ética; posee principios
sociales, pero no es un movimiento social. El Cristianismo es
Cristo conocido, creído, amado, seguido y transmitido.
La historia, no sólo
cristiana, sino también pagana, da testimonio de que Jesucristo realmente
existió. Es de coherencia humana aceptar los hechos históricos. El
seguir la doctrina y el mensaje de Jesús ya requiere,
por una parte, fe y, por otra, voluntad de aceptación.
Jesucristo
no es un mito. Existió realmente. ¿Existen algunos documentos históricos
sobre Jesús de Nazaret?
Escritores paganos:
A principios del siglo II se
habla de los llamados "cristianos", como aquellos que profesan la
fe en Cristo, considerado como Dios.
Así la carta que
el historiador Plinio el Joven, procónsul de Bitinia, escribe en
el año 112 al emperador Trajano que "los cristianos se
reúnen un día determinado antes de romper el alba y
entonan un himno a Cristo como a un dios"
Está también
Tácito que en sus Anales, hacia el año 115, habla
del gran incendio de Roma, atribuido a Nerón en el
64, que culpaba a los cristianos de todo. Aquí está
el texto: "Para hacer cesar esta voz, presentó como reos
y atormentó con penas refinadas a aquellos que, despreciados por
sus abominaciones, eran conocidos por el vulgo con el nombre
de cristianos. Este nombre les venía de Cristo, el cual,
bajo el reino de Tiberio, fue condenado a muerte por
el procurador Poncio Pilato. Esta condena suprimió, en sus principios,
la perniciosa superstición, pero luego surgió de nuevo no sólo
en Judea, donde el mal había tenido su origen, sino
también en Roma, a donde confluye todo lo abominable y
deshonroso y donde encuentra secuaces"
Suetonio, historiador del año 120, refiere
que el emperador Claudio "expulsó de Roma a los judíos
por promover incesantes alborotos a instigación de un tal Cristo"
Escritores
judíos:
Flavio Josefo, historiador judío, en sus Antigüedades judías, escritas hacia
el año 93-94, refiere que el "sumo sacerdote Anano acusó
de transgredir la ley al hermano de Jesús (que es
llamado Cristo), por nombre Santiago, y también a algunos otros,
haciéndoles lapidar" (Antiquitates XX, 9, 1). Más explícito es otro
pasaje: "Por aquel mismo tiempo apareció Jesús, hombre sabio, si
es lícito llamarle hombre; puez hizo cosas maravillosas, fue el
maestro de los hombres que anhelan la verdad, atrayendo hacia
sí a muchos judíos y a muchos gentiles. Él era
el Cristo. Y, como Pilato le hiciera crucificar por acusaciones
de las primeras figuras de nuestro pueblo, no por eso
dejaron de amarle los que le habían amado antes: pues
Él se les apareció resucitado al tercer día después que
los divinos profetas habían predicho de él estas cosas y
otros muchos prodigios sobre su persona. Hasta hoy dura la
estirpe de los cristianos, que tomaron de Él su nombre"
(Antiquitates XVIII, 3, 3).
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